Técnicas de quiromasaje aplicado a las cicatrices
La cicatriz es piel, pero menos flexible y menos sensible. La cicatriz equivale al estado final de curación de una herida y dependiendo de la gravedad de la misma se notará o se notará menos.
Lo que es cierto es que
existen diversas técnicas de quiromasaje que se pueden aplicar a las cicatrices para complementar el tratamiento de las mismas durante el proceso de curación de heridas. El quiromasaje sobre una cicatriz puede conseguir acelerar el proceso de recuperación o cicatrización normal y llegar a mejorar la apariencia física de la zona concreta tratada.
Todos hemos oído hablar de las adherencias que se pueden formar en el tejido cuando cicatriza. Las adherencias provocan falta de movimiento normal en la piel además de tensión y aumento de la sensibilidad al dolor. El quiromasaje es una perfecta herramienta para prevenir adherencias en cicatrices.
No es bueno cualquier momento para masajear una cicatriz, sino que, por lo general, se debe de comenzar con el quiromasaje a partir de las tres semanas que suele coincidir con la retirada de los puntos de la herida. Cuando se masaje a una cicatriz dolorosa es aconsejable aplicará frío después del quiromasaje ya que actuará como analgésico natural por toda la zona tratada. Un buen complemento después de esta tratamiento consiste en el vendaje neuromuscular. Ahora bien, se debe de aplicar una técnica específica y correcta para cicatrices ya que es la única manera de conseguir un aumento de la circulación en la zona tratada que es la de la herida. Con todas estas técnicas bien aplicadas es posible ganar movimiento en la zona tratada además de evitar adherencias y no mejorar la apariencia de la herida. No se debe de masajear una cicatriz, por pequeña que parezca sin el consentimiento del médico.